29 de enero de 2012

Programa 53 - Especial Final 2º Temporada


ASÍ NACIÓ EL AUTOBÚS AZUL

Michel

Primavera de 2008, sótanos del aulario San Isidro. Son las 6 de la tarde de un miércoles y empieza en Radio universidad de Salamanca “La nave de los necios”, un programa ideado para una sóla temporada en el que se hace un repaso a la literatura contracultural. El programa ya va por los ’80 – ’90 del siglo XX; y sí, le ha llegado el turno a la desengañada generación que buscaba una salida a su rabia a través del Grunge. Tan frustrada estaba que hasta se negaron nombre; es la “Generación X”. 
Normalmente los programas los suele hacer en solitario un tipo conocido como Michel; total, simplemente es llegar, poner algo de música y hablar tranquilamente de dos o tres libros que le han tocado las narices al poder de turno. Sin embargo, para el día de la Generación X surge una idea.

Pablo
En los bares siempre hay un tipo alto con melena. Habla poco y se mueve menos pero,  desde el 2005, cada vez que éste sujeto llamado Pablo ve a Michel en medio de un caos de cuerpos sudorosos y música a toda pastilla, le grita al oído “Michel, de verdad, tienes que escuchar el disco My brother the cow, ¡¡¡MI HERMANO LA VACA!!! ¿Lo apuntaste? ¿Ya lo hiciste?”. De tanto repetir el mismo tema en diferentes bares, los dos sujetos fueron trabando una amistad basada en escuchar ese disco. Cualquier noche empezarían a hablar de más cosas, y fue así como surgió una conversación sobre el Grunge; que si la vida es una mierda, que si estamos bien jodidos, que si odio a la gente que va de feliz y guay por la vida, que si tengo la discografía de Nirvana escuchada mil veces, que si “nadar mar adentro y no querer salir”, que si tienes que leer la letra de Dumb “No soy como ellos pero puedo aparentarlo…” que tiempos aquellos...pero la vida pasa, aunque siguen pensando lo mismo, que la vida es una mierda. Otra cosa no, pero son unos chicos constantes en sus ideas.

Así las cosas estaba claro; el programa sobre la Generación X contaría con un invitado de excepción. Pablo pondría la música a un programa en el que se habló, sobretodo, del final de las utopías políticas, Chuck Palahniuk y las letras de Nirvana. Antes de entrar a directo Pablo estaba como un crío en una tienda de juguetes; al tipo le da reparo tocar las cosas y se queda satisfecho al ver en la redacción un póster de David Grohll mirándo a cámara con una taza de té. Si no hubiera sido el batería de Nirvana pensarías que se trata de la Reina de Inglatera preguntándote por tus problemas de estómago. Rabia, nihilismo y buena música que corría a cuenta  del melenudo. “In my finest suit” –Mudhoney-, “Death to Birth” –Michael Pitt- y la parte con los mejores punteos de “Like a Hurricane” - del que se ha convertido en uno de los míticos del bus, el Sr. Neil Young- sonaban como una declaración de intenciones en la 89.0FM. Termina el programa y, curiosamente, ha salido bastante bien, aunque no podemos dar fe de ello puesto que toda esa temporada se perdió en el copión. Los criminales siempre borran las pruebas.

Pablo y Michel caminan por Libreros y, parando en La taberna de Ángel, surge una idea. “No estaría nada mal un programa de música, ¿verdad? Poder tener una hora a la semana para hacer un monográfico del músico que nos dé la gana”. Sentados al fondo del bar la conversación entre estos dos parias se acelera como nunca lo haría para temas como buscar trabajo o aprender idiomas. Rápidamente uno de los dos le pide un bolígrafo al camarero y, en una servilleta, comienzan a llover los nombres de grupos míticos: Led Zeppelin, The Rolling Stones, Neil Young, Nirvana, Pink Floyd, The Clash, Iggy Pop, Jimi Hendrix… y claro está, The Doors. El tiempo parece haberse acelerado y ahora estos dos sujetos están callados mirándose. No, no es una cita. Están buscando el nombre para un programa de radio. Algo… rockero, algo con carretera, algo con éxodo, tipo Roger Daltrey en Baba O’Relley… pero que también suene bien… curioso… salen algunas paridas y, de repente, ¡oh sorpresa!, bajo la melena hay un tipo pensante que suelta “¿Sabes Michel la canción “The End”, de los Doors…? Hay un momento que dicen “the blue bus is calling us” El Autobús Azul nos llama. ¿Lo pillas? Está de puta madre”. Inmediatamente el nombre de El Autobús Azul se escribe en la servilleta encima del listado de grupos. Ya está. Así de fácil. El Autobús Azul había nacido en la manera de todas las cosas buenas: a sensaciones. 
Cuenka
Pero en esos encuentros en medio de bares oscuros llenos de música y sudor también andaba siempre por ahí un clásico de la descarga ilegal. Un tipo llamado Cuenka que, tremendo, hablaba menos que el melenudo. Eso sí, midiendo las palabras. Las pocas veces que decía algo era para hacer una ironía con muy mala leche -y mejor ocurrencia- o soltar “Joy Division está muy bien”. Lo que se dice un tipo interesante. Si Dong King le hubiera conocido quizá hubiera dicho aquello de “pica como una abeja, vuela como una mariposa”. Aunque lo más probable es que el paso de su limousina hubiera dejado a este tipo envuelto de barro en alguna cuneta. Parece un tipo con gustos sórdidos, así que tampoco sería nada extraño. Y como el rock siempre ha sido una música de pandilleros, estaba claro que los dos tipos del bar llamarían enseguida a Cuenka para pensar en cómo arrancar el bus. Y así fue. Esa misma tarde el hombre silencioso recibía una llamada justo al despertar. ¿De su siesta? Por favor… que poca categoría hombre… no insultes. De su sueño habitual, por supuesto. “¿Yo? ¿Hablando en la radio? ¿Con un programa propio?” Cuenka ya había pasado por la radio. Pero, aunque devoraba programas nocturnos, la tarde que lo invitaron a aquella tertulia sobre cine de un inquieto llamado Josemi en la 89.0, se dirigía al micrófono con el mismo respeto que un eunuco al pene inhiesto de un sultán. Al melenudo y al del programa de libros les costó un poco convencerlo de que, quizás, no sería tan complicado. Además, quizá el mito de que con el rock se folla, copula, fornica, jode, monta, hace el amor, revuelca, menea, garcha, chinga, mete, coge, echar una cana al aire, tira, fornica, esa no que ya está puesta… no fuera del todo un mito. Pero… ¡ah!… como todos los mitos, es mentira claro está; y de esa brecha nace la desilusión y, claro, volvemos de nuevo al Grunge… en fin, si Pablo y Michel hubieran estado jodiendo quizá nunca se hubieran conocido en los bares, ni hubieran hecho aquel programa. A menos que hubieran jodido entre ellos claro, pero de eso sólo hay rumores.
Con sexo o sin él el caso es que los tres estaban de acuerdo. Cuando llegara el comienzo del nuevo año de emisiones presentarían una solicitud para emitir un monográfico semanal de una hora sobre grupos de rock, blues, blues-rock… cualquier cosa que tuviera mínimamente que ver con la música de los antiguos negros esclavos. Tras una reunión en la que los horarios de los programas se cuadran e intercambian como si fuera la bolsa de valores, El Autobús Azul echa a rodar en octubre de 2008, haciendo los primeros kilómetros con un monográfico sobre el grupo que reúne la esencia del programa; blues, rock, psicodelia, contracultura, buenas letras, escándalo, polémica y, claro está, el nombre. Con un “From los Angeles, California, The Doors”, Roadhouse Blues rompe en directo el dial como una auténtica declaración de intenciones a cargo de un vociferante Pablo (por aquel entonces no sabía que tanto grito distorsionaba, con la consecuencia bronca de los técnicos, pensando que habían dejado entrar a unos enajenados mentales, no se equivocaban).

Aulario San Isidro
Desde ese viernes de otoño a las 20:00 horas El Autobús Azul ha pasado a ser uno de los programas de música en Radio universidad de Salamanca; además de vicio de tres individuos con escasa proyección social y laboral. Y es que, según la gente va ocupando poco a poco sus puestos de trabajo, casándose, haciendo sus vidas responsables… hace falta que alguien se encargue, aunque sea una vez por semana, del R&R. Del R&R, el Blues, el Blues-Rock, el Soul, el Hard-rock, el Punk, el Jazz, el Country, el Heavy, el Ritmin’ & Blues… de todo lo que ha dado la música tras la segunda muerte del diabólico Robert Johnson. Y es que tan sólo en la primera temporada pasaron grupos como Joy Division, Deep Purple, Led Zeppelin, Dylan, Clapton, Bowie, Nirvana, Hendrix, Neil… Suicidios como el de Ian Curtis, vómitos mortales como el de Jimi, desapegos con el mundo como el de Kurt, viejos hippies como Neil, vitalistas como Keith Moon, adicciones infernales en casi todos los que han montado en el bus… Las historias jodidas, la cara B de la música como una constante en el programa. Y así, entre muertos por sobredosis o ahorcamiento, se han ido pasando programas y programas, técnicos y horas.

ESPECIAL FINAL DE LA 2º TEMPORADA
En este programa unos gañanes hablan sobre la vida, la música, el futuro, cuentan antichistes, beben cervezas y desvarían,...vamos, lo que suelen hacer normalmente. Todo ello aderezado con música de calidad, sólo tenéis que escuchar el programa para conocer los grandes temas que se pusieron ese día. De colchón sólo una: When the music is over.
PD: My brother the cow. Mudhoney. 1995. Discazo muy recommendable. 

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