“Hay un tipo que
debería conocer todo el país. Andará ahora tocando en alguna orquesta por el
sur del país. Su nombre es Albert Collins, es bueno, muy bueno”. Jimi Hendrix.
1. – ICEMAN (3’56’’)
2.
– T-BONE SHUFFLE (5’29’’)
Albert Collins nació en Leona, Texas, en 1932 y sus primeros
contactos con la música vienen por vía familiar, un tío reverendo de la iglesia
baptista que tocaba gospel con la guitarra; otro primo, más laico y guitarrista
también y un parentesco lejano con Lighnin´Hopkins que animaba como nadie las
fiestas y barbacoas familiares. En 1950 consigue la Epiphone que sería su
primera guitarra eléctrica y debuta en un pequeño club de Houston dando lugar
al nacimiento de una carrera que cambiaría el rumbo del blues contemporáneo.
Músico autodidacta, Collins va desarrollar un estilo propio basado
en una afinación muy particular del instrumento y en el empleo de la cejilla
mecánica que tomaría de Clarence Gatemouth Brown. En toda su carrera se ha
negado a utilizar una púa ya que según el mismo tiene las yemas de los dedos
tan duras que no la necesita para nada. Durante años alterna la música con
otros trabajos. Ejerció como capataz de un rancho, trabajador en una fábrica de
pinturas, camionero... Su primera grabación se registra en 1958 para el sello
Kangoroo y le crea una modesta reputación entre los aficionados tejanos. Dos
años mas tarde vuelve a grabar, esta vez en el sello del productor Frank Scott,
quien, de paso, aprovecha para registrar los temas a su nombre y robarle los
royalties. En esa época, durante una gira invernal y ante la visión del
parabrisas congelado, surgió la comparación con el sonido chirriante y gélido
de la telecaster de Albert. La metáfora le acompañaría hasta el final de sus
días y daría pie a una larga lista de temas con títulos relacionados con el
hielo y el frío.
Es también a principios de los 60, cuando adquiere la costumbre de
incluir en sus directos un número que va a ser como una marca de fábrica.
Provisto de más de 100 metros de cable se pasea entre el público por todo el
recinto sin dejar de tocar la guitarra. El recurso lo hemos visto muchas veces,
pero parece ser que Collins fue el primero en utilizarlo y que lo aprendió de
Big Jay Mc Nelly, un saxofonista de la Costa Oeste que solía tocar tumbado
sobre una tabla con ruedas que el público desplazaba por todo el local.
3. –
IF TROUBLE WAS MONEY (9’22’’)
4. – I AIN’T DRUNK (4’8’’)
Formó su primer grupo en 1952 y dos años
más tarde era la principal atracción en varios clubs de blues de Houston. A
finales de los 50, Collins comenzó a utilizar Fender Telecasters. Más tarde
eligió como principal equipo una Fender Telecaster Custom de 1966, con una
pastilla Gibson PAF en el cuello y un combo Fender Quad Reverb plateado de 1970
con 100 watt RMS. Desarrolló un sonido único incluyendo afinaciones menores,
notas sostenidas y un estilo de ataque con los dedos de la mano derecha. A
menudo empleaba una cejilla en su guitarra, sobre todo en los trastes 5, 7 y 9.
La afinación que más empleaba era la abierta en Fa menor (de cuerda más baja a
más alta: FA-DO-FA-Lab-DO-FA).
1960-1973
Collins
comenzó a grabar en 1960 y publicó singles, incluyendo muchos instrumentales
como “Frosty”. En la primavera de 1965 se trasladó a Kansas City, Misuri,
y se hizo un nombre. Muchos de
los estudios de grabación de Kansas City habían cerrado a mediados de los 60.
No teniendo la posibilidad de grabar, Collins se trasladó a California en 1967.
Se instaló en San Francisco y tuvo contacto con la contracultura de la época. A
comienzos de 1969, mientras tocaba en un concierto con Canned Heat, los
miembros del grupo lo presentaron a Liberty Records. Como agradecimiento, el
título del primer disco de Collins para United Artists, “Love Can Be Found
Anywhere” fue tomado de la letra de “Refried Hockey Boogie”. Collins
editó su primer álbum en Imperial Records en 1968.
5. –
TRAVELIN’ SOUTH (3’35’’)
6. – DON’T LOSE YOUR COOL (3’24’’)
En 1965 sustituye ocasionalmente a un jovencísimo Jimi Hendrix en
la banda de Little Richard. Años más tarde, Hendrix diría de él: “Hay un hombre
que deberían conocer en todo el país. Su nombre es Albert Collins. Debe de
estar tocando por ahí en una banda de carretera en el sur profundo. Es bueno,
muy bueno, un guitarrista muy fluido y melódico”.
A finales delos 60, en pleno blues revival Henry Vestine y Bob
Hite del grupo Canned Heat, preguntan a Lightnin´Hopkins sobre el paradero de
su primo y toman contacto con él. Según palabras de Albert Collins “Yo estaba
tocando entonces en un local de Houston llamado “The Ponderosa Lounge” y Bob
Hite vino a verme allí. Había hablado con Lighnin´ y éste le dijo donde tocaba,
porque solía venir a verme todos los miércoles. Bob llegó con su barba y sus
pelos largos y yo me dije “¿Dios, que es esto?. Había oído hablar de él, pero
no sabía que tuviese ese aspecto” Albert se deja convencer por el peludo Bob y
parte a California. El apoyo de otros músicos blancos como Janis Joplin y
Johnny Winter tiene su fruto y provocan grabaciones y conciertos que sitúan a
Collins en el Olimpo de los grandes guitarristas del blues contemporáneo.
7. –
TIRED MAN (5’1’’)
8. – TRIYING TO WORK MY BACK
HOME (4’18’’)
Albert Collins. Madrid 1987, un otoño helado
El sábado7 de noviembre de 1987 era un día frío y lluvioso en Madrid; apropiado para el directo de alguien que representa la máxima expresión del cool sound. Se inauguraba con blues el festival de jazz de Madrid y, aunque ya lo hubiese hecho con anterioridad en el 82 en Vitoria, era la primera vez que la famosa telecaster de Mr. Collins tenía la oportunidad de dejarse oír en la capital. La gira de ese año había comenzado en Barcelona el día anterior y continuaba en los sucesivos por Almería, Valladolid, Zaragoza y Santiago. En Madrid el teatro Albeniz ofrecía dos sesiones, a las 19 y las 22 horas.
En España por aquellas épocas -y probablemente ahora tampoco-Albert Collins no era un ídolo de multitudes. La discografía editada en España se reducía a un doble Lp, que incluía “Frosbite” y “Frozen Alive” y a la edición española de “Don´t lose your cool”; ambos en el sello Guimbarda. Otras dos circunstancias nefastas conjuraban contra el evento. Por un lado ese fin de semana ofrecía un largo puente de esos que dejan la ciudad vacía, por el otro esa tarde se televisaba un Real- Atlético y eso ya son palabras mayores... ¡Con el futbol hemos topado! Durante su primera cita madrileña Albert se encontró con un teatro Albeniz en el que el público brillaba por su ausencia, el maestro decepcionado por una acogida tan fría se limitó a tocar menos de una hora, recoger los bártulos y retirarse al camerino. Una parte del escaso público acudió rápidamente a protestar a la organización que, ante la imposibilidad de canjear las entradas por otras para la segunda sesión, ya que esta tenía el aforo cubierto, se vio obligada a devolver el dinero. Ya que breve, al menos, gratis. Así estaban las cosas cuando a las diez de la noche dio comienzo el segundo concierto. Esta vez las cosas iban a ser diferentes.
El Texas Blues es un género de la música blues. A
pesar de tener variaciones en su estilo, suele interpretarse con un más énfasis
en el swing que otros estilos de blues. El Texas blues difiere de
otros estilo, como el Chicago blues, en la utilización de instrumentos y
sonidos, especialmente en el uso intensivo de la guitarra. Músicos como Stevie
Ray Vaughan contribuyeron a este estilo utilizando varios tipos de sonidos de
guitarra, como la guitarra "slide" y diferentes melodías del
blues y del jazz; este estilo utiliza también solos de guitarra
eléctrica a modo de enlace en las canciones.
10. – LIGHT ARE ON BUT
NOBODY’S HOME (8’14’’)
Desde 1973
Collins
permaneció en California durante otros cinco años, y era popular en conciertos
dobles en The Fillmore y el Winterland. Collins volvió a Texas en 1973 y formó
un nuevo grupo. Firmó con Alligator Records en 1978 y grabó y publicó Ice
Pickin´. A lo largo de los años grabaría otros siete álbumes para el sello,
antes de firmar con Point Blank Records en 1990. A
lo largo de los 80 y comienzos de los 90, Collins hizo giras por los Estados
Unidos, Canadá, Europa y Japón. Se estaba convirtiendo en un músico de blues
popular, y era una influencia para Coco Montoya, Robert Cray, Gary Moore, Debbie
Davies, Stevie Ray Vaughan, Albert King, Jonny Lang, Susan Tedeschi, Kenny
Wayne Shepherd, John Mayer y Frank Zappa.
En
1983, ganó el premio W.C Handy por su álbum Don´t Lose Your Cool, que
ganó el premio a mejor álbum de blues del año. En 1985, compartió el Grammy por
el álbum Showdown!, que grabó con Robert Cray y Johnny Copeland. Al año
siguiente, su disco Cold Snap también fue nominado a los Grammys. En
1987, John Zorn lo escogió para tocar la guitarra solista en una suite que
había compuesto especialmente para él, titulada “Two-Lane Highway”, en
su álbum Spillane.
Junto con George Thorogood and the Destroyers, y Bo
Diddley, Collins tocó las canciones “The Sky Is Crying” y “Madison
Blues” en el Live Aid de 1985, en el JFK Stadium. Tras
enfermar durante un concierto en Suiza a finales de julio de 1993, a mediados
de agosto le fue diagnosticado un cáncer de pulmón que se había metastatizado
al hígado, con una esperanza de vida de aproximadamente cuatro meses. Partes de
su último álbum, Live ´92/93´ fueron grabadas en conciertos en septiembre;
murió poco después, en noviembre, a la edad de 61 años.
Collins será recordado no sólo por la cantidad y calidad de la música blues que interpretó a lo largo de su carrera, sino también por sus legendarias actuaciones en directo, en las que a menudo descendía del escenario y se mezclaba con la audiencia mientras continuaba tocando. Esta práctica está documentada en un cameo no acreditado de Collins, en la película Adventures in Babysitting. Collins le asegura a Elisabeth Shue que “nadie abandona este lugar sin cantar el blues”, obligándola a ella y a los niños que la acompañan a improvisar una canción antes de escapar.
Otra
anécdota hilarante que ilusta la forma de actuar de Collins está recogida en el
documental “Antones: Austin Home of the Blues”. Collins abandona el
edificio, con la guitarra todavía enchufada y tocando. Minutos después, regresa
al escenario, y un repartidor de pizzas viene y le entrega a Collins la pizza
que había solicitado cuando abandonó el edificio. Collins había ido a Milto´s
Pizza & Pasta a lo largo de una avenida contigua y había hecho el pedido
mientras continuaba tocando.
11. – MR. COLLINS (5’)
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